Si eres fan de la banda británica de rock alternativo Radiohead sabes que, en cada concierto, regalan un par de tapones para proteger los oídos de los asistentes. Esta concienciación les llega de la pérdida auditiva que sufrió su bajo, Colin Greenwood, por exponer sus tímpanos a horas y horas de rock duro a toda potencia. Es un hecho, el 90% de los músicos utilizan algún tipo de protección en el escenario y, aun así, disfrutan a tope de sus bolos. Si vas de concierto de forma ocasional, quizás no te haga falta. Pero si este verano piensas recorrerte, uno tras otro, la cantidad de festivales que hay en nuestra península, no es mala opción. En el último con- cierto de Metallica en el WiZink Center de Madrid se alcanzaron los 140 decibelios.
Imagine Dragons marca en cada show los 120 y la Sexta Sinfonía de Beethoven llega a los 95 –cuando el límite de decibelios recomendado por la Organización Mundial de la Salud está en 85–, ¡para que luego digan que las melodías clásicas son mejores! Lo que es cierto es que escuchar música es un verdadero placer… que puede llegar a costar caro a nuestro oído. Entonces, ¿qué hacer? “No perder de vista este binomio: tiempo e intensidad. A más decibelios, menos tiempo te los puedes permitir”, explica Raquel Martínez, audioprotesista de Multiópticas. Y no hablamos solo de los festivales, también tienes que ser consciente de las canciones a toda potencia que ponen en clase de bodypump o spinning, o cuando te dejas caer por la disco; pero, sobre todo, con los auriculares. Con ellos sigue la regla del 60×60; es decir, escuchar los buds de tu móvil o MP3 como máximo a 60 decibelios y como tope 60 minutos.
KIT FESTIVAL: ¡No salgas de casa sin estos imprescindibles para disfrutar a tope, pero bien protegido!