Las personas que tienen presbicia o vista cansada necesitan del uso de gafas progresivas para poder combatir esta alteración de visión. Sin embargo, puede ser común al principio sentir ciertas molestias al utilizar este tipo de gafas.
La mayoría de las personas que tienen presbicia requieren de un período de adaptación al estrenar sus nuevas gafas progresivas. Solo así se podrá disfrutar de una visión perfecta y sin molestias en cualquier tipo de distancia.
Para que este período sea lo más corto posible, desde Multiópticas respondemos a las preguntas más comunes sobre el uso de gafas progresivas y te damos una lista de consejos para adaptarte rápidamente.
¿Cómo acostumbrarte a las lentes progresivas?
Existen ciertos trucos para adaptarse a las gafas progresivas que puedes adoptar desde el inicio que comienzas a usarlas.
- Elige unos progresivos que estén totalmente personalizados a tus necesidades y tu propio estilo de vida.
- Practica de forma periódica simples ejercicios que te permitan adaptarte a estas nuevas gafas. Por ejemplo, levantarte y sentarte de una forma controlada mirando a un punto fijo.
- Coordina el movimiento de tu cabeza con el de los ojos. Evita mirar de reojo.
- Prueba a enfocar objetos cercanos y lejanos para encontrar las zonas de visión de cada distancia.
- Adapta el entorno del trabajo a tu nuevo campo visual para que no fuerces la cabeza ni los hombros.
- Presta atención al subir y bajar las escaleras.
- Recuerda ser paciente para así habituarse a las nuevas y diferentes áreas de visión.
¿Cuánto tiempo se tarda en adaptarse a las gafas progresivas?
El tiempo de adaptación varía mucho según la propia persona, su estilo de vida y, por supuesto, de la graduación que tenga y del tipo de progresivo que haya escogido. Aún con todo ello, lo habitual es tardar entre unos 10-15 días en acostumbrarse por completo al funcionamiento de los cristales progresivos.
Si tienes en cuenta estos trucos y consejos conseguirás que tu proceso de adaptación se reduzca lo máximo posible y puedas estar mucho más tranquilo.
Cuesta adaptarse a las gafas progresivas, ¿qué pasa si no me adapto a las progresivas?
Siempre que se estrenan gafas nuevas, sobre todo si ha aumentado la graduación, es habitual sufrir alguna que otra incomodidad como mareos, vértigos, visión borrosa e incluso dificultad para subir o bajar ciertas escaleras. No hay que alarmarse, ya que es bastante común y forma parte de este proceso de adaptación.
En el caso de las lentes progresivas estas sensaciones pueden acentuarse más. Si has elegido unos progresivos acorde a tus necesidades, acabarás por adaptarte a ellos sin ningún tipo de problema. Lo más importante es ser paciente y tomar una buena decisión con tus nuevos progresivos.