La mitad de los niños en España podría tener un problema de visión no corregido, dato que ha ido empeorando en los últimos años.
El aumento del consumo de las pantallas digitales junto a los malos hábitos y la propia genética suelen ser las principales causas de la aparición de estos defectos visuales en los niños. Para combatir este tipo de situaciones e incluso prevenir el desarrollo de estos problemas visuales, se recomienda la visita a profesionales de la visión, al menos, una vez al año.
Desde Multiópticas estamos totalmente comprometidos en mantener una buena salud visual en los niños. Por ello, desde finales de 2022 creamos el programa especial Generación Borrosa para hacer frente al estilo de vida sedentario y la sobreexposición a las pantallas a las que se encuentran, hoy en día, los más pequeños del hogar.
Mientras te animas a formar parte de él, vamos a compartir contigo los problemas visuales más comunes a los que se enfrentan nuestros hijos, nietos, sobrinos y amigos infantiles.
¿Cómo puedo saber si un niño tiene problemas de visión?
Hasta los seis años los niños no suelen tener desarrollada al 100% la capacidad de visión. Aún así, es posible que puedan presentar ciertos trastornos visuales. Nosotros como adultos debemos estar pendientes para detectarlos y poder corregirlos lo más rápido posible.
Estos son algunos de los síntomas que más se suelen repetir previamente a la detección de los problemas de visión:
- Ojos rojos y constante lagrimeo.
- Dolores de cabeza después de algún esfuerzo visual.
- Problemas en la visión cercana al leer o escribir.
- Problemas en visión lejana al ver la televisión o la pizarra.
- Visión diferente entre un ojo y otro.
- Movimientos erráticos de los ojos.
- Reflejo pupilar blanquecino.
- Antecedentes familiares de enfermedades visuales.
- Desviación de alguno de los ojos y tortícolis.
¿Cuáles son los problemas visuales en niños más comunes?
Los trastornos visuales más habituales entre el público infantil son:
- Miopía: es uno de los problemas oculares más frecuentes de los niños. Tanto los padres como las personas que viven alrededor de ellos deben de estar atentos para su detección. El uso de gafas graduadas infantiles o productos específicos para el control de la miopía es la solución para resolver este inconveniente en los ojos e intentar frenarlo. Aunque lo cierto es que puede llegar a crecer hasta los 20 años, edad en la que se pone fin a la etapa de crecimiento.
- Astigmatismo: las imágenes se ven borrosas tanto de lejos como de cerca. Suele estar asociado a otros defectos visuales como son la hipermetropía o la miopía.
- Hipermetropía: los niños que padecen esta alteración no ven correctamente de cerca pero sí de lejos. Por ello, es más complicado detectarlo durante estas edades. Es bastante común su corrección con el paso del tiempo durante el crecimiento.
- Estrabismo: es la pérdida de paralelismo de los ojos. Se puede dar junto a otros defectos visuales como los que hemos explicado anteriormente. Las gafas en ocasiones ayudan a corregir esta desviación ocular.
- Ojo vago: también conocido como ambliopía. En este caso, el niño pierde un grado importante de visión en uno de los ojos o incluso en los dos. La detección prematura es importante para que se pueda reeducar el ojo sin problema. Además del uso de gafas, también se coloca un parche en el ojo sano para así obligar a ver desde el otro ojo.
A lo largo de estas etapas, los padres deben tomar conciencia de lo importante que es hacer revisiones visuales a los niños desde pequeños para detectar cualquier problema visual precozmente.