Visión borrosa de lejos, dificultades al realizar ciertas actividades por la noche y la necesidad constante de entrecerrar los ojos para poder ver con total claridad. ¿Te suenan de algo estos síntomas? Si padeces, al menos, dos de ellos sentimos decirte que, probablemente, tengas miopía.
Para los que todavía no lo saben, la miopía es un defecto visual muy habitual entre la población tanto adulta como infantil. Aunque dependiendo del grado es necesario el uso de gafas o lentes de contacto para poder solucionarlo, en la mayoría de los casos está comprobado que al utilizar estos accesorios se produce una gran mejoría en la vida de estas personas.
Este defecto visual tan común afecta y mucho a las actividades y tareas del día a día. A través de nuestro proyecto “Generación borrosa” intentamos concienciar de la importancia de frenar la miopía infantil. Por ello, nos hemos reunido con nuestro equipo de ópticos optometristas para que nos expliquen el aumento de la miopía repentino y conocer los factores que pueden llevar a provocar su aparición.
¿Por qué aumenta la miopía en adultos y niños?
La miopía se caracteriza por ser un defecto refractivo que conlleva una mala visión de los objetos en largas distancias. La visión de cerca no suele sufrir alteración, mientras que a la larga le cuesta bastante ver con total naturalidad.
El principal componente del aumento de la miopía es la genética, aunque es cierto que existen otro tipo de causas que pueden generar este incremento con el paso del tiempo. Tanto en los más pequeños de la casa como en los adultos:
- Pasar poco tiempo al aire libre realizando actividades con luz solar.
- Uso recurrente y continuado de pantallas a corta distancia.
- Jugar a videojuegos muy cerca de la televisión.
- Lectura en dispositivos electrónicos.
- Estilo de vida, el crecimiento de la persona y ciertos factores ambientales.
El ojo va creciendo a la vez que nosotros. Por eso, los niños son los grandes perjudicados del incremento de dioptrías durante su etapa infantil y adolescencia.
Esta dificultad visual suele aparecer cuando somos niños, entre los 6 y los 8 años de edad hasta llegar a la edad adulta.
¿Qué se puede hacer para no aumentar la miopía?
Frenar la evolución de este problema visual está en nuestras manos. Existen ciertos tipos de tratamientos para la miopía que permiten frenar su desarrollo y crecimiento.
Desde lentes de gafas o lentillas específicas para el control de la miopía, el uso de lentes de ortoqueratología hasta gotas de atropina.
¿Cuándo deja de aumentar la miopía?
No existe una edad concreta en la que se frene por completo el crecimiento de la miopía, ya que depende de cada persona y de muchos factores. Sin embargo, lo habitual es que a partir de los 20-25 años se tienda a estabilizar.
¿Qué ocurre si la miopía no para de aumentar?
Lo cierto es que esto es bastante inusual. Aún así, si la miopía no deja de aumentar se puede llegar a producir problemas visuales más graves y hay más probabilidades de generar un problema mayor en la vista.