La tensión ocular es uno de los parámetros más importantes para poder evaluar la salud de nuestros ojos. A pesar de su relevancia, suele pasar bastante desapercibido porque, en la gran mayoría de los casos, no suele presentar síntomas muy evidentes. Lo que probablemente no sepas es que cuando está fuera de los valores normales, tanto excesivamente alto como bajo, puede llegar a tener consecuencias relevantes para tu salud visual, incluyendo enfermedades como el glaucoma. Por ello, las principales asociaciones oftalmológicas, entre ellas la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y la American Academy of Ophthalmology (AAO), insisten, y mucho, en la importancia de realizar controles periódicos.
¿Qué consecuencias puede tener la tensión ocular alta?
Tener la tensión ocular alta es un factor de riesgo del glaucoma, una enfermedad que daña gravemente el nervio óptico. Tal y como nos indica la SEO, el aumento de presión intraocular sostenido puede llegar a desencadenar una pérdida de visión periférica que, sin tratamiento alguno, puede llegar a ser completamente irreversible.
El daño paulatino del nervio óptico, la pérdida de visión periférica, la visión borrosa o dolores y molestias son algunas de las consecuencias de tener la tensión ocular alta.
Si no se trata la presión ocular, ¿qué puede llegar a suceder?
Ignorar la presión ocular elevada es un error bastante común y, en ciertas ocasiones, peligroso. El deterioro del nervio óptico avanza de una forma tan silenciosa que podemos llegar a notar esos daños cuando ya son bastante considerables.
Sin el inicio de un tratamiento, sus efectos pueden ocasionar una reducción permanente del campo visual, una progresión del glaucoma y limitación de la visión central en etapas más avanzadas. Por eso, es muy importante que conozcas cómo bajar la tensión ocular alta y seas capaz de controlarla en tu día a día.
Y la tensión ocular baja, ¿también tiene consecuencias?
Aunque es menos habitual, la tensión ocular baja también puede comprometer tu visión. Cuando los niveles son bastante bajos, el ojo puede no mantener su estructura interna, lo que genera una visión borrosa, molestias e incluso afectar directamente a las capas más sensibles.
En resumen, y con lo que te debes de quedar es que la tensión ocular afecta directamente tanto al nervio óptico como a tu calidad de visión. La detección temprana y el control regular con ayuda de un tonómetro ocular serán claves para prevenir enfermedades como el glaucoma y proteger al 100% tu visión a largo plazo.
Te aseguramos que con unos buenos hábitos, revisiones periódicas y el acompañamiento adecuado, mantener tu tensión ocular estable será más que posible. Si tienes más dudas al respecto, acércate a una de nuestras ópticas Multiópticas y nuestros profesionales optometristas te ayudarán a resolverlas.
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